“Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud.” Aristóteles
¿Te puedes llamar Amigo?
¿A quienes podemos de verdad llamar amigos? Es una pregunta que a lo largo de la vida nos repetimos quizás muchas veces. Se dice que conocidos podemos tener muchos mientras que a los amigos podemos contarlos con los dedos de las manos, pero ¿Cuándo nos damos cuenta de esto?, yo diría que en esos momentos en los que callamos los mas fuertes sentimientos. Esos momentos en los que aquel, que es amigo se da cuenta de que estas aguantando derramar una lagrima, gritar de alegría, o estas temblando internamente por miedo.
La razón por la que definimos al verdadero amigo de esta manera es porque como dijo Aristóteles “Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud.” Si para ser amigos bastara con querer, que fácil sería. Amigo no es aquel que únicamente escribe en los cumpleaños o cuando obtenemos algún logro, amigo no es aquel que solo aparece cuando lo llamamos. Estos podríamos decir que son los mal llamados amigos, o mejor dicho conocidos, aquellos a los que les tenemos aprecio y viceversa, pero no son los que en nuestra muerte cargarían el ataúd.
Volviendo a la frase antes citada de Aristóteles, pensemos por un momento en el día a día de cada uno de nosotros y en las incontables veces que le pedimos a Dios, Buda; o quien represente para nosotros esa fuerza espiritual mas allá de los sentidos; que nos cuide, nos de paz, amor y salud, para nosotros y los nuestros y las incontables veces en que aunque sea una gripe nos ataca; entonces, ¿es pedirle a esta fuerza mayor, o desear salud lo único que nos mantendrá sanos y salvos siempre?, ¿o también es necesario cuidarnos? Entonces para ser amigos basta ¿con enviar un mensajito en las fechas que consideramos representativas?
Amigo no es aquel que solo te agrega en Facebook, para ganarse el titulo de amigo. El verdadero amigo, es aquel que podemos llamar hermano. Quizás al amigo no lo veamos siempre, pero cuando lo vemos los momentos valen más para nosotros que los que pasamos con muchas otras personas que vemos todos los días. Quizás el amigo no nos escribe siempre, incluso se le olvida de vez en cuando felicitarnos en el cumpleaños, pero siempre que lo necesitamos, sin pedírselo esta ahí. El amigo no es aquel que deja de sentir por ti, sino aquel que ante cualquier cosa, te dirá lo que pasa o no pasa, en lugar de dejar perder una amistad por algo mas.
Para ser Amigo hay que demostrarlo, no solo querer serlo, no basta solo con pronunciar tres palabras que digan “Soy tu amigo”, porque como dicen, “las palabras se las lleva el viento”.
