Pensar, Escribir, Hablar

Donde permanecen los más profundos sentimientos. Fortaleza donde habla la pasión sin ataduras, limitaciones, ni prejuicios. By @Kathleenucv @en3trellas

martes, 14 de abril de 2009

La Oscuridad del Alma

Hacia ya un mes que él se había ido de mi lado, lo extrañaba demasiado y cada noche sentada mirando las estrellas, lo recordaba más y más. Lo ultimo que conocí de él fue ese accidente en las montañas donde fue a pasar sus vacaciones, nunca me logre comunicar mas con él ni con su familia, incluso al ir a buscarlo me encontré con que no se encontraba nadie ahí, el encargado de la cabaña donde él supuestamente estaba me comento que no se había hospedado nadie ahí hacia meses; no me quedo mas que suponer que dios lo había llamado a cumplir otra misión. Cada noche cuando me sentaba a pensar en él, sentía que me llamaba, y como no me dejaba dormir esa presión tan grande de no haberme podido despedir de él, no me quedaba de otra que escuchar su dulce voz susurrarme al oído, a pesar de no entender lo que decía.

Una fría noche de diciembre me encontraba viendo algunas fotos de nuestra ultima salida juntos, como cada noche desde ese mes de octubre que tanto odio ahora, no dejaba de pensar en él, pero extrañamente esa vez ya no lo escuche y comencé a sentirme vacía, algo en mi pensó que lo mejor seria volver a esa cabaña a decirle a su espíritu que me abandonara que ya no soportaba sentirlo tan cerca pero tenerlo a su vez tan lejos. Encendí el carro y seguí a mi corazón. Llegue en la mañana a la cabaña, a pesar que todo se veía claramente yo no lograba distinguir nada, a pesar que conocía la chimenea y los 2 pequeños muebles que habían frente ella en los cuales nos sentamos mil y un veces a charlar, aun cuando ya conocía el mesón del centro de la habitación donde me había propuesto matrimonio, o la cama junto a la ventana donde algunas veces nos entregamos uno al otro, existía en mi una oscuridad que no me permitía ver más allá de lo que soñaba con volver a vivir y que sabría que no podría.

Las horas pasaron y nada de lo que vivía en mi casa, aquí pasaba, seguí esperando escucharlo pero nada, fue cayendo lentamente la noche, pero no me moví de ese lugar, tenia una pequeña lámpara junto a mi que me alumbraba a medida que todo oscurecía, cuando de pronto esta se apago, comencé a desesperarme pensé que quizás se había quemado el bombillo, sin embargo sentía que algo me agarraba no podía moverme, entonces lo sentí, el beso mas dulce de mi vida, me deje llevar y me entregue por completo a ese sentimiento y a ese ser que me susurraba que nunca me dejaría ir pero que yo ni veía, viví la noche perfecta. Al amanecer me di cuenta que el estaba justo ahí, a mi lado como si nada hubiese pasado, no estaba segura si el nunca se había ido, y solo se desapareció un tiempo o yo me había entregado a un espíritu, no podía entender que era lo que pasaba, lo sentía tan real, se había convertido en una parte de mi ser, su aroma, su mirada, todo éél me hacia sentir mas viva que nunca. Cuando finalmente despertó, decidí preguntarle que había pasado, necesitaba una respuesta de porque me había abandonado así; quede atónita con su respuesta, me decía que él no había ido a ningún lado y que estaba feliz de verme poder tenerme nuevamente. Cada minuto que pasaba se me complicaban mas las cosas, cualquier cosa pasaba por mi mente, pero nunca imagine lo que realmente paso. Me beso, me abrazo y me pidió que nunca lo volviera a asustar de esa manera, ¡COMO! grite, lo único que pensaba era en como podía estarme diciendo eso si fue él quien me mantuvo en vela estos dos meses, entonces me dijo que no era posible que él amara tanto a alguien, y que si lo dejaba moriría, ¡MORIR! Pensé yo, eso fue lo que él me hizo creer a mi, que él había muerto, no podía soportarlo, me estaba volviendo loca, pero me prometí a mi misma nunca hablarle de todo lo que había pasado en los meses de su ausencia, seria el mayor secreto que me llevaría a la tumba, no había porque preocuparlo, seguro él también había pasado por mucho.

Gire mi mirada a la puerta, había un hombre de bata blanca con unos cuantos instrumentos encima, le pregunte si estaba enfermo y me contesto que no, no conocía la razón de la visita de dicho hombre, hasta que finalmente lo descubrí. El hombre de bata blanca se me acerco me tomo de la mano, y con voz muy suave expreso su felicidad de verme de esa manera, se alegro mucho al saber que finalmente había salido del coma, de pronto todo se aclaro en mi, podía entender cada cosa a excepción del porque me encontraba en aquella cabaña de la montaña y no en mi casa o en algún hospital, fue cuando me explicaron que al ver que había salido del coma, decidieron alejarme de todo cuanto me alterara y por esto había vuelto a esa cabaña, donde se escribiría y culminaría la historia de mi vida, a partir de ese día.

No paso un mes, cuando veia que todo seguia igual, cada dia se repetía la venida de ese hombre de bata blanca, y unas pocas veces se reptían mis noches esperando ese amor que tenia, mis dias se volvian un deya vú. Una noche, un calor me arropaba por completo, mientras sentia que mi corazòn se congelaba, ya no sabia ni donde estaba. baje la mirada y ahí estaba él, sentado a la mesa con otra mujer, riendo, viviendo, cosa que sin saber porque yo no podia hacer.